
Habían pasado toda la tarde en el trastero buscando materiales para su confección, desde allí solo se oían risas...las mismas que ya no escucha desde aquella noche,la noche en que, sin saber por qué , algo la despertó , sobresaltada, asfixiada, nerviosa,temblorosa, sabía que pasaba algo, llamó por teléfono, no contestó nadie.
Por la mañana todo había desaparecido, sólo con un volantazo.
Desde entonces se sienta en el jardín, en una vieja silla de mimbre, mira para Mario que le sonríe sobre una silla de ruedas con la que pelea persiguiendo mariposas, mariposas que nunca llegará a ver su padre.
Ufff, se me hace un nudo en la garganta al comprobar la fuerza emocional que has impregnado en esta entrada.
ResponderEliminarUn abrazo Mónica
Esto es sin duda lo mejor que has escrito...increíble..
ResponderEliminarMe encanta Mónica casi veo a Mario cazando a las mariposas.
ResponderEliminarun beso
Qué bonito! Me ha gustado leerlo!
ResponderEliminarUn beso
gracias gracias gracias!!!!muchas gracias...en serio, gracias por estar ahi y colaborar con este espacio!!
ResponderEliminarUna vez más, la carretera llevándose sueños...
ResponderEliminarQue sensación he tenido, muy bonito y que duro juss
ResponderEliminarMe encanta^^
ResponderEliminarEscalofriante :S
ResponderEliminarUn saludo,
Mun