Muerta la empatía

Como si no pasara nada, llego a casa , aquella noche y volvió a hablar con ella, como si todos los acontecimientos sucedidos hasta aquel preciso momento, no tuvieran importancia, eso la ponía furiosa, interpretaba con ello, que a él le daba igual, que sus palabras no tenían significado ni importancia.

No puedo ignorar lo que ha pasado, pensaba ella, mientras él con la boca llena con la primera mordida al bocadillo, se sentaba en el sillón, resoplaba...uff!! qué día! qué están poniendo en la tele??

Lo miró incrédula, no es posible...

Volvió su mirada al frente y lo ignoró, a sabiendas que eso no podía durar eternamente, que las heridas, de esa manera, no cicatrizarían, se enquistarían para siempre porque él no entendía nada y ella se había aburrido de explicarlo todo, era incapaz de sentir su dolor, incapaz de tomar medidas para que ella no sufriera.

Ella para él, simplemente, no existía...